La familiarización es el proceso de adaptación inicial en el medio acuático, en el que el alumno sentirá y experimentará sensaciones totalmente distintas a las que percibe en el medio terrestre, con el fin de tomar confianza en el agua.
El primer objetivo sería entrar en contacto con el agua e intentar, si este fuera el caso, eliminar la rigidez muscular, pasando por el correcto mecanismo de la respiración, hasta los desplazamientos básicos y giros posturales.
Este proceso puede durar pocos días o varias semanas, dependiendo de las características individuales de cada alumno, como por ejemplo la edad, el hecho de haber recibido previamente algún tipo de instrucción, el temor al agua o el miedo, etc. Por lo tanto, se deberán tener en cuenta todos estos aspectos, físicos y psicológicos, a la hora de familiarizarnos con el agua, además de proceder siempre de forma paulatina y progresiva.